"No se han ido"



Del 1 al 7 de enero de 2008 los piojos jugaban a Matrix en Ávila. Cosas de los colegios de Fomento de Barcelona y Vigo. Vino Mo, momito, monocotiledonea, a visitar a Pi, píloro, pituitaria. Recuerdos de adolescencia (que viene de adolecer, que es poco más que sufrir alguna enfermedad habitual, digamos, como la Pendejada Misma), de esos en los que los novios no faltaron, y las gamberradas de las que ella era instigadora y yo una fiel seguidora, y las celebraciones de cumpleaños con harina, huevos y tomates podridos (todos a la cabeza, y al uniforme del colegio represor y maltratador, off course). Vino a verme, por tercera vez después de este último año y medio de reencontradas, por tercera vez después de ocho años de silencio y pérdida del rastro. Tú a España, y yo también, sin saberlo.





Cuando Pi encontró a Mo pregonaba a los cuatro vientos que era feliz y sin embargo. Sin embargo fue la primera en separarse. La llamada que derritió el hielo fue aquella en la que Pi le dijo a Mo "¿te acordás cuando me dejó Iván Torres cómo lloré como una pendeja? pues ahora me siento igual, pero con dos hijos". Y compartieron ruptura, como a los 15, y risas y dolor, porque que "te rompan" jode, pero romper es chungo too. Y con una niña. Y volvieron las llamadas de hora y media, el desatrasarse de las historias que nos habíamos perdido años tras año hasta que todo parecía haberse puesto sobre unas rueditas que recorrerían el camino así, sin más, tranquilamente, hasta que la muerte nos separara. Entonces llegaron también los planes entre amigas, porque si tú eres arquitecta y yo construyo, "tíaa! ¿te imaginas?", y no ha hecho falta la imaginación, porque ya hay una casa en planos hermosos y estas manitas y esta cabeza preparadas para hacerla realidad. Pi y Mo formaron un equipo.




Pero el equipo se lleva tan bien, pero tan bien, que hasta los niños lo perciben. Tanto tanto lo perciben que Nicolás, que estaba jugando con Eloísa y Alicia en el patio, se asomó a la escalera y me llamó: "mamáaaaaaaaaa"





- Quéeeeeeeeeee





- No se han ido- dijo en un susurro- ¡¡¡Que vengaaaaaaaaaaaaaaassssssssss!!!!





Entonces Mo y yo nos miramos y nos reimos como pendejas, porque empezamos a especular sobre la confianza que nos tienen los tres culimbos que nos vuelven locas de amor e impaciencia, y sobre todo por el euro que guardaba Nicolás en el bolsillo y que no me dejó "quitárselo", ¿será que pensaban bajar a Mercadona en caso de emergencia si era cierto que nos íbamos a ir sin ellos?





Los pobres nos aguantaron las verduras camufladas en salsas, los viajes con la música a todo volumen, el momento de que Mo condujera por primera vez con carnet español y se llenara de Hiluxión (oye, y qué bien le quedaba), las carcajadas por temas incompensibles (para ellos), hasta tirarnos una hora y pico de coche para ver un pajar del que tenía que hacer yo un presupuesto para construir, con la disculpa de que nos esperaba una gran aventura por tener que saltar un muro de piedra y colarnos en una casa abandonada.... ohhhhh.... Por supuesto el muro no era tan alto como Elo, Nico y Alice esperaban.





Ay! los culimbos. Algún día tendrán que saber del arrebato de madres coraje que tuvimos en la Cabalgata de Reyes de este ciudad de provincia, cuando todos los viejos les quitaban los caramelos de las manos, y nosotras, furiosas, nos mordíamos la lengua para no insultarnos y gritarles "pero si usté ya sabe que estos reyes no son los de verdá!"y nos conformamos con agarrarlos por la capucha del abrigo (a los niños) y, como quien arrastra una bolsa de patatas de 15 kilos, llevárnoslos a otro sitio. Algún día tendrán que saber la ansiedad y excesiva salivación que nos produjo descubrir el outlet del juguete, todo al 50%, TODO!!!! Legos, coches, bebés, puzzles...

Y ni qué decir del momento de envolver los regalos, sin música, mirando la puerta, aguzando el oído, estresadas, con miedo a ser descubiertas después de tanto trabajo, con la misma sensación de cuando éramos pequeñas y creíamos de verdad que el Niño Dios (en Colombia es él) se colaba por la ventana o por donde fuera y dejaba todos los regalos. Escribiendo las cartas de los Reyes, eligiendo la letra que mejor les pegara en plan manuscrito, planeando dónde dejar el carbón para que fuera lo primero que vieran y que por lo menos tuvieran un momento de arrepentimiento y no quedaran cegados con tanto regalo que vedría después.

Y esas fotos de mamás orgullosas, y ese trasnocho, y ese levantarse con el ojo pegado a las 7 de la mañana....





No, si es que las Reinas somos las Madres. Ñaaaa!




Comentarios

lila dit ça ha dicho que…
bueno bueno thelma & louise con soda stereo de fondo jejeje buena la road movie, y una preciosidad los niños (asi dormiditos jjiji) a ver si me hago rico y me construis una casita a medida

un abrazo
Pi ha dicho que…
heyyyyy, no lo dudes, lila, rey, que con tus temazos seguro que terminas haciéndote rico y famoso, y necesitando, NECESITANDO, un rincón donde escaparte de las fans y huir con las grupies!!!!UUUU!!!!

otro abrazo!
david ha dicho que…
¡Ay qué salás! Road movie no, path movie, eso hay que inventarlo, eso es un filón a explotar...

Y en fin, un muestrario de abrazos, y los Reyes, las madres... No sé no sé, yo leí en el blog de Paraguas en Llamas que los Reyes son sus padres, y estaba documentado y todo, hmmm.

En fin, impagable todas las escenas pero lo de las bolsas de patatas de quince kilos ya...
Pi ha dicho que…
wWw, Deivid, dichosos los ojos que te leen... por aquí, claro.

Mira qué bien que hayas nombrado al Paraguas, siempre se me olvida preguntarte cómo era que se llamaba su blog...
Por cierto, tú ya tienes tu propia versión de La Nueva, ¿no? jejejje, ay, el amor...
Fernando García-Lima ha dicho que…
Jajaja, anda que lo pasáis mal... ¡Pero qué gansaaaaaaa!

A ver cuándo me llevan a mí de road movie, que me apetece :-)

Mil besos
Carmen ha dicho que…
aysssss qué pena que no quéde sitio en el coche para una más ;) joooo que bien lo pasáis, que suerte tienen los peques, y qué suerte vosotras, Pi.

Un besazo guapa
Patrice ha dicho que…
Qué divertido, yo tb quiero una road movie para mí!

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