Y sin embargo
Confiada y pendeja. Ingenua y de nuevo confiada. Nos miran, nos señalan, inlcuso nos espían, nos persiguen, nos denuncian. Somos los últimos en enterarnos.
Y sin embargo.
Nos guiñan un ojo, sonreímos, no era nada, al final nos echamos unas risas. En singular. Porque estas historias dignas de contar a los nietos como las más frikis de su pobre abuela, son cosa de una sola. Que en realidad, las más divertidas son las de dos, y esta, la de hoy, mejor no publicarla por patética.
Atasco en la pequeña ciudad de provincia
(de lo mejor del día)
Comentarios
es gracioso éste post. Y a ti se te ve la carita un poquito.
En la pequeña ciudad de provincia es donde mejor se vive -eso dicen-.
pd. Mi anterior blog es el mismo, pero con aire fresco y completamente renovado los casi 200 post que tenía ya no están. Pero los tengo guardados.
He vuelto sí, pero más tranquila.
Un beso Pi,
Chicas, realmente sí, aquí los atascos hasta tienen encanto, a pesar de que las rotondas desquicias... y mucho.
"Desmemoriado quiero estar
para ser olvidadizo"
(me ha encantado la reflexión "en las grandes ciudades ni los atascos tienen alma")
supongo que, como en tantas otras cosas, eso es lo que pasa cuando tienes un blog. yo el tuyo lo espio, lo miro...
salud-saludos
Por el momento, yo hoy me cruzado con un caracol, pero yo no me cayo nada, bocazas que es una ;)
Un beso
esadelblog
un beso, Pi.