Piquete
Es como si un camión de los que abastecen el Mercadona de al lado de mi casa se hubiera atravesado en la carretera de mi vida y de repente, sin más pero en medio de un entorno de catástrofe nuclear y tercermundismo me dejara sin ganas ni palabras. La vida en recesión.
Pues eso.
El cielo de tregua, el espejismo, la carretera de las culebras (habia dos muertas), la Hiluxión y mi ilusión pospuestas en el arcen...
Comentarios
que nunca será pasado en limpio.
Con palabras tachadas,
repetidas,
mal escritas
y hasta con faltas de ortografía.
Con palabras que esperan,
como todas las palabras esperan,
pero aquí abandonadas,
doblemente abandonadas
entre márgenes prolijos y yertos.
Bastaría, sin embargo, que este tosco borrador
fuera leído una sola vez en voz alta,
para que ya no esperásemos más
ningún texto definitivo."
Que me perdone el semana pero,chica,me apunto al peloteo...es broma.
Fantástico: gracias por lo de la foto, pero ya sabes que nunca estoy satisfecha con la nikon traicionera. La luz del atardecer del sábado me hizo llorar.
Un saludo, J.
Desde aluego te ha quedado de lo más apocaliptiaco, amiga Pi :)
Por cierto, qué suerte, un Mercadona al lado de casa :-)
Besos