Delitos y placebos
Ayer robé de un blog una frase a su vez entrecomillada: "(...) En estos períodos [de crisis] el cerebro necesita una tregua para repensarlo todo como antídoto para no volverse loco de ansiedad. Hay gestos de pequeña trascendencia que suponen siempre un efecto placebo necesario (...)"
Con mi cerebro en tregua llegué hasta aquella Papelería deliciosa, y de allí, de uno de sus estantes, me entregaron El Libro del I Ching. Con un gesto apenas trascendente lo abrí en cualquier punto y descubrí sorprendida la página a la que le hice la foto. Después tiré las tres monedas y leí el oráculo chino, en el que a partir de ayer he comenzado a creer. O no, según me convenga. La vida te da sorpresas.
La Papelería y sus efectos curativos...
Comentarios
Un saludo pequeña saltamontes.
Mucho ánimo con todo Chu-Ling-Chang.
César, rey, si haces click en la foto se amplía, LO SABES, NO??????? supongo que sería sólo por meterte conmigo. Pensaré en el chándal amarillo, pensaré en ello.