Cría cuervos
La madre, en tono insufrible y cansado de diez de la noche rezonga al hijo mientras le enseña una barra de pegamento reseca:
- ¡Nicolás! ¡ahora te vas a quedar sin pegamento porque has perdido la tapa en este desorden de cuarto y se ha secado, y ahora te aguantas porque no tengo dinero para andar comprando las cosas que estropeáis por dejados!
- ¿Pero mamá, cuánto te costó eso?
La madre duda si responder la verdad o tirarse de la moto, sin embargo dice con la boquita pequeña:
- Un euro.
- Eso está chupao, mamá, porque yo tengo ¡ocho euros!
- ¿¡Ah! sí? -suelta la madre sonriendo por el colmillo izquierdo mientras recuerda que los ahorros del niño están desde hace unos días sobre su escritorio, tirados - ¿y dónde están? porque yo no veo la hucha por aquí, eh?
- ¡Pues mamá - alega Nicolás, sobrado, con cara de "cómo se te ocurre preguntarme algo tan evidente- en el estudio, entre tu desorden!
(Pegamento traicionero)
Comentarios
Es lo malo de tener hijos inteligentes: nos dejan a los adultos sin coartadas.
Los nenes de hoy!
SALUD!