El Cardhu ha vuelto, larga vida al Cardhu
Han pasado nueve años y medio desde el último post del Cardhu. Antes de su muerte definitiva, le quité una hache a su dirección y, negándome a dejarlo morir, lo transformé en las Historias del Hombre Pez hasta 2015. El Pez y el Cardhu, partes de mí misma. Mucho ha pasado desde que los domingos dejaron de ser el día del post en la querida y fría ciudad de provincia, una época que, vista desde esta distancia, me resulta llena de ingenuidad y hasta ternura. Ya no hay chalet con gran patio que se llena de nieve, ni coche para recorrer la N110, ni pueblos de Ávila, ni obras, ni viejecitos conversadores. El perro lo dejó un año antes y, por no haber, no hay ni niños pequeños para contar sus ocurrencias. Todo comenzó a cambiar cuando decidí mudarme a Madrid y, como bien me han recordado los adolescentes en los que se han convertido Nicolás y Alicia, tal vez no debimos irnos nunca. Pero la vida son aprendizajes, y dejar correr el tiempo que no se puede parar. Y asimilar que uno es como un p