Sobre fulanos y menganas como nosotros
"Hablo de tu infinita soledad /
dijo el fulano /
quisiera entrar a saco en tu memoria
apoderarme de ella,
desmantelarla, desmentirla,
despojarla de su último reducto.
dijo el fulano /
quisiera entrar a saco en tu memoria
apoderarme de ella,
desmantelarla, desmentirla,
despojarla de su último reducto.
Tu soledad me abruma, me alucina /
dijo el fulano con dulzura /
quisiera que en las noches me añorara,
que me echara de menos,
me recibiera a solas.
Pero sucede que/
dijo calmosamente la mengana/
si tu bendita soledad se funde con la mía,
ya no sabré si soy en vos,
o vos terminás siéndome.
¿Cuál de las dos será
después de todo
mi soledad legítima?
Mirándose a los ojos,
como si perdonaran
perdonándose,
adiós/
dijo el fulano/
y la mengana,
adiós"
adiós"
Lo escribió Benedetti, ehhhh....
Comentarios
Qué bonito decir eso de la soledad de alguien, caramba.
Me quedo con todo, claro. Pero sobre todo con esas dos palabras, que se me han subido a la cabeza en cuanto las he leído y ahora se niegan a soltar el volante.
(Sirva este post, ya de paso, para advertirle de que desde este preciso instante, zas, está usted fichada en los links de mi blog, por reciprocidad y para facilitar a quien esto firma el acceso a este rincón, donde, entiendo, sobrará Cardhu, en vista de que la dueña por lo visto no lo consume, ji ji).
Bienvenido, desordenado vecino, y muchas gracias por el ginlemmon, ¿o sea que le reservo la botellita de cardhu? no sé, no sé.
Me encanta este texto, aunque le tenga un poco de manía a Benedetti...
Sí.
Echo de menos ver más textos tuyos. Hay tropecientas entradas en las que se cita a Benedetti, Bucay y el de más allá.
No. No pretendo boicotearte el blog.
Ya sabes que soy devoto de tu verbo.
Yo sí.
Stromboli no.