Cartografía

Hago mapas. De mentiras* porque no conducen a ningún sitio real, pero mapas al fin y al cabo. Dibujo caminos en mi cabeza y me los imagino de tierra y de repente lisos y perfectos y que se salen del plano y vuelan, y que pasan por encima de las montañas y se parecen a las de las líneas aéreas cuando enseñan sus rutas. Aéreos. Superan la circunferencia, o lo esférico de la tierra, o yo que sé cómo decirlo, cómo describirlos, sólo sé que mis mapas tienen tres dimensiones y se mueven por el mundo y me tranquilizan. Han superado la dimensión milimétrica de mis caricias en la piel, perdón, del lápiz en el papel, y sólo están en mi cabeza. Mis mapas, mis rutas, las carreteras para conducir con música, los caminos de tierra para pedalear al sol, están en mi cabeza, y me tranquilizan. Los veo, los recorro, llego al destino y sólo miro, observo, sonrío, soy feliz porque el destino sigue ahí y no lo toco, no lo recorro, está en el lugar donde yo lo he colocado. Destino de mentiras*, pero destino al fin y al cabo.


(Punto de fuga real, que no de los mapas que dibujo)

* Que no son de verdad. De juguete. De mentiritas. Ayyyy, el bilingüismo....

Comentarios

eSadElBlOg ha dicho que…
yo con mi bilingüismo diría "de mentira"...pero en castellano tambien se dice no?
Pi ha dicho que…
Mi intención era decirlo a lo colombiano (por eso digo lo del bilingüismo, porque a veces tengo que hacer traducción al español), pues eso, de juguete, pero, claro, me dí cuenta que el sentido cambiaba si se leía así no más, y parece que los mapas son hechos de mentiras (ala! super dramático todo). En fin. Oye, qué guay que vengas por aquí, no?

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