Ciclos
Me enamoré de la Hilux nada más verla de perfil en el taller de Toyota. Me había recorrido todos los concesionarios donde había pick up y ninguna me convencía hasta que vi la de Toyota y encargué la mía. Mi Hiluxión Verde. Se tardó cuatro meses y medio en llegar de su Sudáfrica "natal" y cuando lo hizo mi vida estaba tambaleándose.
Suena ridículo, digámosle frívolo, demostrar tanto cariño por un todoterreno aparatoso y poco, poquisimo, económico. Pero qué le voy a hacer si soy una sentimental que la reconoce a ella como protagonista de excepción en un ciclo muy importante de mi vida.
La Hiluxión fue mi primer coche en condiciones, un capricho en toda regla, desde el modelo (yo no quería una furgoneta para las obras, yo quería una pick up), y la quería cómoda por dentro, no con asientos como bancos como los que tenía la L200 de Mitsubishi, y con Mp3, y bonita, sobre todo bonita, con ese morro nada agresivo del que me enamoré.
Fue la primera de su generación que recorrió la N110, y por eso me hizo reconocible por los pueblitos por los que pasaba habitualmente. Me volvió localizable. Y me la llevé a las Hurdes, y después a Pamplona, a Uterga, a Bilbao, Santander, O'Grove, Mos y Baiona, a Bilbao, Córdoba, Almería, Cariñena, y por supuesto a Madrid, donde se sentía como un monstruo todopoderoso pero que estorbaba. Mi Hiluxión era mi casa que se movía. No he concebido los viajes durante todo este tiempo si no es con ella, como si de mi sofá beige se tratara, viajes como los que organizaba con mis muñecas debajo de la mesa del estudio de mi papá en Medialuna, viajes que parecían mudanzas, viajes sin maletero, maletas en el asiento del copiloto, la máquina de coser, los niños, el perro. La Hiluxión y su sonido de tractor cuando arrancaba, la Hiluxión dando botes descubriendo pueblos de vistas hermosas y acceso difícil. La Hiluxión portadora de butacas de "vertedero" rural, la Hiluxión con vigas como peinetas, la Hiluxión respingona por el palé de cemento, y los ladrillos que se cayeron, y los sobrinos que jugaron a que era un barco, y las sobrinas que la lavaron para llevarse una paga, y Nicolás que aprendió a dibujarla el primero y Braulio, que se despeinaba al viento y saltaba desde la caja, perro burgués de asiento trasero. Y los copilotos, y la música, y las lágrimas, y las confidencias. Y los post.
Mi Hiluxión se ha quedado poniéndose guapa en el taller de K. Yo le decía hoy a K. que la venda fuera de esta pqueña ciudad de provincia, que no quiero verla en brazos de otra persona. Me dio penita. Mucha penita. Pero otro ciclo comienza, y qué le vamos a hacer, como en el que ella apareció, unos se van, otros que llegan...
Y ya somos mayorcitos para apegarnos tanto. La Ilusión continúa.
Suena ridículo, digámosle frívolo, demostrar tanto cariño por un todoterreno aparatoso y poco, poquisimo, económico. Pero qué le voy a hacer si soy una sentimental que la reconoce a ella como protagonista de excepción en un ciclo muy importante de mi vida.
La Hiluxión fue mi primer coche en condiciones, un capricho en toda regla, desde el modelo (yo no quería una furgoneta para las obras, yo quería una pick up), y la quería cómoda por dentro, no con asientos como bancos como los que tenía la L200 de Mitsubishi, y con Mp3, y bonita, sobre todo bonita, con ese morro nada agresivo del que me enamoré.
Fue la primera de su generación que recorrió la N110, y por eso me hizo reconocible por los pueblitos por los que pasaba habitualmente. Me volvió localizable. Y me la llevé a las Hurdes, y después a Pamplona, a Uterga, a Bilbao, Santander, O'Grove, Mos y Baiona, a Bilbao, Córdoba, Almería, Cariñena, y por supuesto a Madrid, donde se sentía como un monstruo todopoderoso pero que estorbaba. Mi Hiluxión era mi casa que se movía. No he concebido los viajes durante todo este tiempo si no es con ella, como si de mi sofá beige se tratara, viajes como los que organizaba con mis muñecas debajo de la mesa del estudio de mi papá en Medialuna, viajes que parecían mudanzas, viajes sin maletero, maletas en el asiento del copiloto, la máquina de coser, los niños, el perro. La Hiluxión y su sonido de tractor cuando arrancaba, la Hiluxión dando botes descubriendo pueblos de vistas hermosas y acceso difícil. La Hiluxión portadora de butacas de "vertedero" rural, la Hiluxión con vigas como peinetas, la Hiluxión respingona por el palé de cemento, y los ladrillos que se cayeron, y los sobrinos que jugaron a que era un barco, y las sobrinas que la lavaron para llevarse una paga, y Nicolás que aprendió a dibujarla el primero y Braulio, que se despeinaba al viento y saltaba desde la caja, perro burgués de asiento trasero. Y los copilotos, y la música, y las lágrimas, y las confidencias. Y los post.
Mi Hiluxión se ha quedado poniéndose guapa en el taller de K. Yo le decía hoy a K. que la venda fuera de esta pqueña ciudad de provincia, que no quiero verla en brazos de otra persona. Me dio penita. Mucha penita. Pero otro ciclo comienza, y qué le vamos a hacer, como en el que ella apareció, unos se van, otros que llegan...
Y ya somos mayorcitos para apegarnos tanto. La Ilusión continúa.
(108358 kilometros de Hiluxión, y ninguno más)
Ya lo siento por no corregir las repeticiones.
Comentarios
gracias por tus relatos de vida.
no sabes el bien que me hacen...éste me deja aquantando lágrimas, porque aún estoy en el trabajo y no es plan...
un abrazo, encarando nuevas perspectivas
Ten cuidao porque creo quieren regalarte este otro cuatro latas,quien sabe...quien te veria por la N-110,igual haceis un apaño.
http://es.youtube.com/watch?v=tiALRih7hng
César... hay que ver, cómo eres. Mi tractor era VERDE.
Un beso Toyotero
La única desventaja: a partir de ahora notarás un pequeño 'plop' cada vez que destroces el cuerpo de una culebra.
Asumible.
Así ando por la vida, asumiendo que no es perfecta pero que tiene momentos mágicos, pequeños momentos, e ilusiones como esa que tuviste con tu querida furgoneta que hoy pide el relevo.
Es cierto que vamos superando etapas y a cada una les corresponde lo suyo, lo bueno es disfrutarlas todas, vengan como vengan, y no perder las ganas de vivir con intensidad, aunque se nos empañe la vista con las lagrimillas que nos provocan los cambios hormonales, las nostalgias, las ausencias…
Ahí, como jabatas, estamos nosotras para plantarle cara al aburrimiento y a la rutina.
Hacía tiempo que no te visitaba, y hasta a Nico le creció un blog.
Besos, Pi.
Por cierto, tu título no tiene nada que envidiar al mío, y yo también prefiero la ginebra. Saludos.
besos y suerte con la nueva etapa, siempre son mejores que las anteriores, verás tú.
Como al blog no hay que pagarle seguro y la gasolina esta en tus venas, pues como dicen por ahi lo unico que vale la pena en nuestras vidas no nos ha costado un duro...o algo as�.entonces dale ca�a al blogg.
Gracias a la Hiluxion por parar en invierno a mitad de carretera a la una de la ma�ana solo por que me apetecia ver estrellas...
por dejarme conducir entre pueblitos y hacer nuestra "road movie tan exitosa." por llevarme a ese bar de avila, por llevarnos a creps, and waffles en madrid, por ver el skyline de Madrid por primera vez, por aguantar tantas lagrimas de balde, por defendernos de los perros con los yogur podridos, por conocer ese maravilloso paisaje abulense, en fin tantas buenas cosas con la Pi...
Solo por eso ya valdria el triple...en fin
un besazo y hasta pronto, seguro que lo siguiente es el RAV que tanto te gusta, (con un t�o como el de la publicidad de la colonia de Dolce & Gabbana DIOS!!!)
yo tengo un minicoche ahora que apenas me alza del suelo, gustándome los grandotes.
También me acuerdo de aquel seat supermirafiori azul, de los primeros con elevalunas (qué bonita palabra así a secas) eléctrico, o de los primeros que yo vi ... Mi padre me vacilaba de pequeña subiendo y bajando sus ventanas diciendo 'magia!'.. Cómo lloré cuando se lo llevaron...
¿no les ha dado pena a tus pequeños? es que debías ser una madre muy molona con ese bicho!
-Nico, ya no tenemos el todoterreno, ahora tenemos uno pequeño ¡con maletero, tío!
- No pasa nada, mamá, ya podemos meternos en el tunel de lavado.
Queridos, queridas, estos comentarios son auténticas cartas e historias, la verdad es que ha salido un post nostálgico con comentarios ricos, de riqueza, riquísimos.
Gracias a todos. De verdad.
Contrastes, sabes que sí, que es asumible.
Tesa... ya compartiremos cosas bonitas. Nos leemos.
Fantástico: pues nada, ya no soy la más guay.
Ruido: sobre el nombre dle blog... algún día te contaré de dónde viene. Por cierto, cómo me gusta la carta del colgado o ahorcado
Pat: me queda una llave, me has dado una idea, jijijiji.
Mos: ...todavía queda para el rav.